El análisis
En la lectura de la Historia y Desarrollo de la Ciencia Política en América Latina[1], puedo resaltar que en ella los politólogos nos la presentan como una reflexión donde intentan analizar el quehacer cotidiano en un sentido histórico de los acontecimientos particulares de nuestras sociedades con la aplicación de métodos científicos, también que los estudios sobre Ciencia Política en nuestra región, empezó a desarrollarse en los años 40, centrados en la sociología y que fue con Germani que se fue vinculando los procesos políticos, económicos y sociales al estudio de la ciencia política, aunque en estos tiempos la sociología lideraba todas las reflexiones, con los escritos de Marcos Kaplan y Torcuato di Tella, que se fueron haciendo distinciones entre la sociología y los estudios de ciencia política en Latinoamérica, especialmente en México con la obra de Manuel Camacho a finales de los años 70’s, luego en Brasil se le sumó la antropología en el afán de involucrar la aspectos de las manifestaciones sociales e historia, en Argentina los estudios de ciencia política se centraron en la democratización del país después del golpe de estado 1976. En Colombia fue la Universidad de los andes que empezó a hablar de ciencia política con la publicación de su obra La Ciencia Política y la Universidad de los Andes en 1983, pero fueron los estudios de Chile que le dieron a la región la conexión e internacionalización en las ciencias políticas, Chile trazó lineamientos comparativos que ayudaron al desarrollo de la ciencia política en la región.
De acuerdo a lo encontrado en La Ciencia Política en Colombia[2], esta ganó autonomía y prestigio académicamente, cuando se separó de las politizaciones, pues aunque como personas es importante mantener opiniones personales, el estudio y análisis político debe conservar independencia y alejarse de sesgos personales posiciones partidistas pues la ciencia política al igual que la misma política, debe ser pluralista.
En la cita de la lectura donde se refieren a la disciplina de la ciencia política como “El Dialogo de Saberes”, retomo la posición de los griegos que afirmaban que la política se constituye con el uso de la palabra, manteniendo el criterio del dialogo[3] y le sumo palabras de Gianfranco Pasquino que en su conferencia “Cómo Hacer Ciencia Política” realizada en la Universidad de Aguas Calientes en 2015, citando palabras de Aristóteles se refiere al hombre como un animal político que se mantiene y relaciona dentro de la polis, produciendo decisiones importantes y significativas siempre manteniendo el criterio del dialogo para producir situaciones que puedan ser mejores para transformar la polis, situaciones que sirvan para mejorar la forma de gobernar.
El problema actual
Hoy vemos a diario que nuestros jóvenes manifiestan diversas posiciones respecto a los gobernantes y se expresan lanzando opiniones sobre la manera de salir de lo que ellos llaman crisis frente a la multiplicidad de problemas del país, pero si vemos con lupa ese dialogo que hacen los jóvenes, no trasciende como lo hubieran hecho los griegos, y no transciende por su baja participación en uno de los ejercicios de brinda la política y que puede llevar al mejoramiento de la democracia, “La participación”, si, la participación de las tres clases de ciudadanos de Gianfranco Pasquino quien en su clasificación dijo que hay ciudadanos interesados en política, ciudadanos con conocimiento de política y ciudadanos que participan activamente en política y en mi planteamiento del problema, necesitamos de toda clase de ciudadanos que participen activamente en política, y en este caso de todos los jóvenes.
Utilizando la fuente que me pudiera dar mayor confiabilidad, consulté sobre las personas habilitadas para ejercer el derecho al voto en Colombia y encontré que a 2018 teníamos una población por encima de los 40 millones de habitantes y entre ellos el 26% en población entre los 18 y 34 años que suman más de 12 millones, para 2019 el censo electoral se encontraba en más de 38 millones de personas habilitadas para definir en las urnas el futuro de su nación, claramente podemos ver que ese 26% que se encuentran en edades de 18 a 34 años, conforma aproximadamente el 31% del censo electoral, la abstención en cifras generales se encuentra en un poco más del 40%, y para acceder a uno de los cargos de elección popular (Representante, Senador y Presidente), no se necesita más que cumplir requisitos mínimos de edad (mayor de 25 para representante[4], mayor de 30 para Senado[5] y Presidente[6] , es por ello que necesitamos jóvenes con más que interés y conocimiento en lo político, necesitamos jóvenes que quieran participar activamente para derrotar el abstencionismo, que entren al debate en aras de producir una democracia mejor como lo dice Pasquino al usar el método comparativo de Sartori, para concluir que donde haya de los tres tipos de ciudadanos, no solo hay democracia, sino una mejor democracia.
Entonces, si los jóvenes que hoy se encuentran entre el debate callejero, participan activamente en política no solo exponiendo lo que en su consideración serían soluciones a todos los problemas para una buena y equitativa aplicación de las políticas públicas en Colombia, derrotarían el abstencionismo y de paso también tendrían la oportunidad desde el legislativo y el ejecutivo, para cambiar las normas y gobernar en procura de lo que llaman un mejor país con oportunidad para todos.
[1] Revista de Ciencia Política / Vol 35 / N° 1/2015/ pp179-199
[2] Revista de Ciencia Politica / Vol 35 / N° 1/2015/ pp 71-94
[3] https://www.youtube.com/watch?v=N4ZXuG0hgCM Jorge Gómez.
[4] Artículo 177. Para ser elegido representante se requiere ser ciudadano en ejercicio y tener más de veinticinco años de edad en la fecha de la elección. (Constitución Política de Colombia)
[5] Artículo 172. Para ser elegido senador se requiere ser colombiano de nacimiento, ciudadano en ejercicio y tener más de treinta años de edad en la fecha de la elección. (Constitución Política de Colombia)
[6] Artículo 191. Para ser Presidente de la República se requiere ser colombiano por nacimiento, ciudadano en ejercicio y mayor de treinta años. (Constitución Política de Colombia)
